En Capta Educación queremos entregarte 5 consejos para padres para jugar con tus hijos. Pensando en estos momentos que ahora que muchos niños vuelven a la escuela tras 18 meses de pandemia mundial, aislamiento social y aprendizaje a distancia intermitente, ellos también sienten el estrés y la incertidumbre adicionales de estos tiempos.
Los niños necesitan jugar para descomprimirse y comunicarse de forma significativa para ellos. El juego es la forma en que se expresan, procesan su día y resuelven problemas. Es esencial para su bienestar social, emocional, creativo y cognitivo. El juego les ayuda a aprender a autorregularse, a establecer límites y a tomar decisiones.
Como directora de Capta Educación, paso mucho de mi tiempo ayudando a la gente a entender a los niños. Muestro a los adultos cómo ver el mundo a través de los ojos de los niños y cómo involucrarlos en su nivel.
Después de tanto aislamiento y del aumento de las exigencias a los padres y las familias durante la pandemia del COVID-19, creo que ahora es un momento importante para que los padres y los cuidadores aumenten su comprensión, comunicación y conexión con sus hijos, a través del juego.
Juego estructurado frente a juego no estructurado
Hay dos tipos principales de juego que proporcionan beneficios cognitivos y emocionales a los niños: el juego estructurado y el juego no estructurado, o juego libre.
El juego estructurado -como los juegos de mesa, los rompecabezas y los deportes individuales o de equipo- implica instrucciones y sigue una serie de reglas. Se establece un objetivo o propósito del juego. El juego estructurado ayuda a los niños a aprender a gestionar sus emociones, a respetar los turnos, a seguir las reglas y a afrontar tanto los sentimientos de frustración como los de éxito.
El juego no estructurado, también llamado juego libre, anima a los niños a hacer lo que les interesa sin la dirección de un adulto. No requiere un resultado o producto. El juego no estructurado permite que el cerebro del niño se recupere de una jornada escolar muy estructurada y le proporciona una sensación de libertad. Fomenta la resolución de problemas, la resiliencia y la creatividad, y da a los niños tiempo y espacio para dar sentido a sus experiencias. Algunos ejemplos de juego no estructurado o libre son el juego de fantasía, la pintura, los juegos inventados con otros y la construcción con bloques.
Consejos gratis para el juego
Aunque el juego libre está dirigido por el niño, los padres pueden participar con él durante este tiempo. He aquí cinco consejos basados en la terapia de relación entre padres e hijos de Sue Bratton y Garly Landreth, que utiliza el juego para crear un apego más fuerte y saludable entre padres e hijos.
Ponte a su altura
Crea un espacio en el suelo con algunos de sus juguetes o únete a ellos en su zona de juego. Siéntate en el suelo con ellos. Hazles saber que éste es su “tiempo especial de juego”. Este tiempo es especial porque el padre se relaciona con el niño de una manera muy diferente a otras interacciones a lo largo del día.
Permita que el niño dirija
Deje que el niño dirija el juego. Si le pregunta a qué jugar, intente responderle: “Tú decides a qué jugamos hoy”.
Muestre interés
Los padres pueden hacer esto proporcionando retroalimentación. Indique lo que ve que su hijo está haciendo sin ninguna noción de aceptación o aprobación: “Estás jugando con la muñeca” o “Estás coloreando eso de rojo”. Repita lo que su hijo dice: “Los coches van rápido” o “El amarillo es el color favorito de tu hermana”. Refleje los sentimientos que su hijo está expresando: “Te sientes feliz cuando tu coche gana” o “Te enfadas cuando pierdes la carrera”. Este tipo de respuesta ilustra el compromiso de los padres sin hacerse cargo del juego.
Establecer límites y fronteras
El juego dirigido por el niño no significa que éste pueda romper los juguetes o hacerse daño a sí mismo o a los demás. A veces, los padres deben intervenir y poner un límite si el comportamiento del niño se vuelve destructivo o dañino. Asegúrese de validar el sentimiento que el niño está mostrando y de ofrecer otra opción para ese comportamiento. Por ejemplo: “Ahora estás enfadado, pero la gente no está para pegar. Puedes pegar al peluche en su lugar”.
Sea coherente
Los niños prosperan con la estabilidad y la constancia. Intenta implementar el “tiempo de juego especial” cada semana durante unos 30 minutos y utiliza un temporizador para asegurarte de que la cantidad de tiempo de juego es consistente y tu hijo está preparado para el final. Este tiempo de juego especial debe tener lugar independientemente del comportamiento y no debe utilizarse como castigo o recompensa.